viernes, 4 de junio de 2021

Venezuela y su elefante marino

El Brago; astilleros Ría de Áviles, Asturias, España.



 

Para bien o para mal, ojalá que para bien, formo parte de un extenso grupo de WhatsApp conformado por miembros de oenegés asociadas al tema alimentario, gremialistas, expertos y productores del sector agropecuario, diputados de la Asamblea Nacional constituida en 2020 y algunos funcionaros de instituciones del Estado.

Al revés de lo que anticipé, dada la divergencia, casi absoluta en algunos casos, entre los  miembros de esta grey, los intercambios entre ellos han sido a la vez enconados y afables, y el grupo ha logrado sobrevivir casi íntegro el paso de algunas semanas.

El perfil del grupo es sobre todo pecuario, por lo que no es difícil imaginar el tono de algunas de las discusiones que generan las constantes invasiones de fincas, el saqueo de instalaciones ganaderas y agrícolas, el abigeato, la falta de insumos y combustible, males omnipresentes en el campo venezolano, y las reacciones comprensiblemente balbuceantes de quienes pretenden defender lo indefendible. Pero al final, el primer resultado de este experimento es la existencia de un espacio libre donde unos ponen denuncias y posibles soluciones, y otros asientan sus consignas, sus frases admonitorias y, a veces, su intención de intervenir en favor de los perjudicados. Algo es algo y esto pudiera ser, esperemos, un comienzo.

Ausente de las webs y de las RRSS de las instituciones oficiales del sector pesquero, en las que desde hace demasiado tiempo sólo se ocupan de reseñar actos populistas y loas autocomplacientes, fue a través de este grupo virtual que supe de la llegada del «Brago». Así se llama este barco que estuvo atracado en un muelle español durante 13 años, en medio de un litigio por asuntos bancarios. Pero, más allá de estas tribulaciones legales poco reseñadas, lo cierto es que el «Brago», empavesado de proa a popa, fue recibido con un ceremonial digno del «Missouri» el día de la rendición de Japón. El funcionario del Ministerio de Pesca y Acuicultura que participa en el mencionado grupo me aclaró, a mi solicitud, que el barco sería destinado a la pesca sardinera, contribuyendo así a «preservar la biomasa de este recurso pesquero».

Para no molestar demasiado la atención de los demás miembros del grupo, dedicados a sus ganados y a sus cultivos, he preferido abundar aquí en este blog sobre mi reacción inicial a lo dicho por el funcionario y luego por el Ministro mismo, en cuyas declaraciones me interesé posteriormente para verificar si tanto desatino era real:   

La pesca responsable se basa sobre el principio precautelar según el cual se impone, en este caso,  verificar la hipótesis aún vigente, de que el recurso sardinero ha sufrido una merma importante como consecuencia de la combinación de factores ambientales y de un esfuerzo pesquero excesivo que pueden estar contribuyendo a un eventual colapso de la pesquería. Las sucesivas evaluaciones de la biomasa sardinera ya nos habían revelado una caída de más del 70% en 2009, año de la última evaluación integral (¡hace más de una década!) en relación a una estimación inicial de cerca de un millón de toneladas en los años noventa y principio de los 2000. Las capturas han disminuido desde un promedio de 140 mil toneladas para aquellos años, hasta menos de 60 mil el año pasado, valor este que supera ampliamente la recomendación cautelar. Para más inri, la ley vigente reserva la pesca sardinera exclusivamente a la flota artesanal  (artículo 36).

No me extiendo sobre la importancia social y ecológica de la sardina. Remito al lector interesado a algunas referencias sobre este tema en este mismo blog, pero sí debo afirmar hoy que la incorporación del «Brago» en la pesquería de la sardina se puede ilustrar perfectamente con la imagen aquella del elefante en la cristalería. Además, además… cómo rentabilizar una nave de 26 metros de eslora y 3 metros de calado, de elevado costo de mantenimiento y altamente tecnificada, con base en un commodity  cuyo valor por tonelada es 120 dólares (12 centavos por kilo). ¿Alguien sacó esa cuenta? A propósito de rentabilidad y gestión eficiente, remember los gemelos «Simón Bolívar» y «José Martí»…

26 metros de eslora y 3 metros de calado son exactamente las dimensiones del «Hermano Ginés», el único barco oceanográfico que aún flota languideciendo amarrado a un muelle viejo y que hace años largos ya no está operativo por falta de mantenimiento, por robos sucesivos de sus equipos electrónicos y otros y por la indolencia de  a quien le corresponde promover la investigación pesquera, pero prefiere gastarse esos reales en un nuevo elefante blanco… y, de paso, meterlo en una cristalería. ¿Por qué no hacer del «Brago» un barco de investigaciones cuyo armador sea una institución académica solvente? ¿Por qué no emplear esos presupuestos, si existen, en asegurar la presencia venezolana en los foros internacionales de gestión e investigación pesqueras que son la puerta por donde Venezuela pudiera regresar a la modernidad científica?

«Brago» es la palabra en esperanto para carbón o brasa. «Brago» es también un personaje conocido de uno de esos indescifrables dibujos animados japoneses. Ojalá que el «Brago», el nuestro, no termine siendo también otra triste comiquita…

9 comentarios:

  1. Interesante su artículo , por cierto soy Rita Marín hermana de Baumar Marín Dios lo tenga en el sitio adecuado , y como referencia si tema era el tema de el hasta su último suspiro .

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    1. Un gusto saludar a la hermana de Baumar, colega comprometido, amigo leal y constante, persona ponderada. Lo tengo en mis más vivos recuerdos, sobre todo cuando cuando pienso en estos temas pesqueros que le eran tan caros. Gracias Rita.

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  2. Saludos Pepe, este es un nuevo elefante blanco, se te olvidó mencionar al flamante Albamar I, barco que recibieron con bombos y platillos, y que iba a ser EL ATUNERO BANDERA, destronando a los demás barcos, y resulta ser que solo hizo un viaje para quedar anclado en un puerto de Cumaná, por los siglos de los siglos...

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    1. Saludos Jesús. No mencioné al Albamar ni a otra casi docena de exeprimentos fallidos de Pescalba... Basta asomarse a Puerto Sucre, a las instalaciones de Cannavó para verificar el «éxito» de aquel «motor pesquero» que ya desde el origen tenía el cigueñal partido...

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  3. Hola Pepe. De nuevo pones tu experto e incisivo dedo en la respectiva llaga de las "soluciones" absurdas que tienen más de corrupción rastrera y trasera que de una búsqueda honesta de soluciones al drama del hambre y la falta de trabajo en Venezuela. Felicitaciones a ti y un nuevo clave en el ataúd de los "planificadores" pesqueros venezolanos

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  4. Interesante propuesta. Si en sus comentarios no abundaran las generalizaciones inapropiadas que rayan en la especulaión ni los juicios cargados de emocionalidad negativa, propia de los palangristas o columnistas tarifados más cotizados, tal vez, sus palabras tuvieran un impacto mayor sobre muchas más personas. Pero sus escritos, amenos en su redacción, sólo producen gusto en quienes, como usted, encuentran complacencia en críticas cargadas de odio, desdén y docta prepotencia, típicas de quienes conciben el mundo sólo a su manera. La pasión de los palangristas tiene su origen en su apego al dinero, la de usted, espero que tenga asidero en su amor por el benestar de su país, la conservación del ambiente y la sustentabilidad de la actividad psquera.

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    1. Acepto con gran respeto sus comentarios. Todos deberíamos tener la libertad de expresarnos a su buen entender, y esa debería ser la norma, pero en este país sabemos que las opnión mayoritaria está embozada por todo tipo de censura. Pero más allá de los juicios que usted emite (odio, prepotencia, calificando formas y no fondo, dos debilidades observo en su respuesta: 1. No soy periodista ni recibo pago alguno por publicar contenidos ilícitos, ergo, no soy palangrista (¡aunque sí he trabajado en pesca! ¿Será por eso la confusión?)2. Lamento que la palabra "unknown" sea la elegida para firmar su parecer... mala partida para cualquier ejercicio de dialéctica. Gracias de cualquier manera.

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  5. Acertada explicacio, ojala la embarcacion del hermano Gines no sucumba como el Guaiqueri del IOV-UDO

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    1. Sé que lass autoridades actuales de la Fundación La Salle han estado esfuerzos para mantener un mínimo de operatividad para ese barco oceanográfico. entiendo que ahora mismo es capaz, al menos, de navegar aunque ya ha alcanzado desde hace años, su vida útil. En resumen: es un barco viejo, sin instrumental actualizado, sin programas de investigación científica regulares, sin un aplantilla de técnicos tembiñen regular que asegure series de tiempo y continuidad... el barco pues, efectivamente languidece...

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