Imagen: @MBLScience |
La imagen que encabeza este espacio fue divulgada en Twitter para nosotros por @CaribeSurOrg, a su vez extraída de un tuit de @MBLScience.
Haciendo una traducción rápida, el texto, presurosamente escrito a mano por «el último que se fue» a la intención de las fuerzas armadas estadounidenses, pide a estas no destruir el sitio y sus equipos, de manera de preservar la posibilidad de continuar con la investigación pacífica y la enseñanza que por más de 60 años ya acumulaba para la época el laboratorio de Biología Marina japonés de Tokio, ahora en manos de los ejércitos triunfantes… y así sucedió: la estación biológica fue resguardada y eximida de la destrucción global generada por aquel conflicto de escala planetaria que fue la Segunda Guerra Mundial.
Aun en medio de aquella locura de
destrucción y muerte, hubo un científico que pensó en un mejor futuro, y en que
este solo sería posible gracias a la Ciencia y a la Educación.
Por estos lados, en los que nos
jactamos de que nuestra última guerra fue hace más de 200 años, la destrucción,
sin embargo, sí se ha impuesto en tiempos modernos, y el equivalente criollo de la Estación de Biología Marina de
Tokio, el Instituto Oceanográfico de Venezuela, es hoy una ruina, consecuencia
de una guerra no declarada que se ha ensañado contra instalaciones y equipos, y
que ha significado un retroceso gigantesco para las Ciencias Marinas y las
ciencias en general, pues el IOV es apenas un ejemplo de la decadencia de la
Investigación y de la Educación toda en nuestro país.
Este año 2023 se inaugura en
Venezuela con reclamos de los docentes; con solicitudes de ayuda solidaria para
jubilados universitarios que malviven con pensiones humillantes; con
declaraciones de profesores aún activos obligados a la buhonería, a la docencia
de día y a la vigilancia privada de noche, a la fruslería laboral, para poder
alcanzar medios dignos de vida.
Reitero mi mensaje de notas
anteriores, donde expreso mi respeto y admiración por aquellos colegas que aun
perseveran a pesar de la debacle, pero he de decir que quizás les faltó algo…
nos faltó algo: poner una nota como la del científico japonés en las puertas de
nuestras instituciones, en los preludios de este rebato absurdo contra la
ciencia y el conocimiento que ya dura más de una década.
Nada que agregar. Breve, conciso, preciso...y sentido. Con esa anécdota q habla mejor -ilustra- que cualquier explicación racional q queramos esbozar para entender esta locura.
ResponderEliminarCaramba JuanJ, seguimos recorriendo este via crucis, pero ya falta menos, RESISTIR ES LA ORDEN
ResponderEliminarGracias por el acertado artículo. Desafortunadamente, poner esa nota en la entrada a universidades y laboratorios en Venezuela asume que los delincuentes saben leer y que les importa el porvenir de un pais.
ResponderEliminarNo se pudo escribir una nota, nos sorprendió el vandalismo, y tuvimos que ver la destrucción día a día. Se rescataron todos los libros de la biblioteca del IOV y muchos equipos están en resguardo en las casas de los investigadores. Pero pasan los días y nada cambia en el país y la recuperación pasa por que "estos" se marchen,!!!
EliminarFelicitaciones. Una triste realidad. Gracias por seguir informando. Abrazos
ResponderEliminarAsí es, muy buena descripción de lo que está sucediendo
ResponderEliminarUn artículo sin desperdicio. El IOV es la única institución de ciencias marinas destruida en tiempos de paz, gracias Pepe
ResponderEliminarExcelente reflexión . Muy triste realidad . Nos duele un montón la realidad pero nos ha faltado fuerza o estrategias para combatirla . Aún así seguimos con esperanzas de un cambio . Miren A. Garmendía
ResponderEliminarLos que mal gobiernan este país, han asumido que invertir en Educación, ID y Ciencia y Tecnología, es malgastar recursos, en consecuencia, así proceden, ordenando y ejecutando, sistemáticamente, planes de destrucción de instituciones como el IOV. Luis Ávila Guerra, UDO Nueva Esparta.
ResponderEliminarGracias Pp, bien planteada la triste realidad, tanto que encoge el alma. Pero es necesario hacer eco de ésta desgracia ya que muchos aún no están enterados y/o no entran en razón de la gravedad de lo que nos sucede en la actualidad
ResponderEliminarHay un sueco, Hans Rosling, que desarrollo un app para visualizar los movimiento de mejoras o lo contrario de los paises. Las bases fundamentales de su medicion son educacion y salud, ya que ellas son las palancas que auguran un mejor futuro. El fanatismo busca mas bien anclarse en el pasado, sobran ejemplos de ello. Gracias por este acercamiento a un grave problema para las generaciones del porvenir.
ResponderEliminarEstimado Pepe Sigue adelante con el esfuerzo editorial de este blog. es un elemento de cohesión de todos los que hacemos del mar y sus recursos nuestro oficio. Todo pasa y todo queda, 'todo tiene su final. Regresara la Libertad, la decencia y la democracia
ResponderEliminarCuando se empieze de nuevo, olvidémonos de equipos en resguardo, porque ya esos estarán obsoletos. Por ejemplo, un equipo de sputtering, con el cual trabajé en el Dpto. De Física, no existe, fue deshuesado, pesaba 300 kg y nadie sabe como lo sacaron de un segundo piso. Los libros, quedarán para lo que sirve hoy el libro poquito, porque, por antonomasia, así es la educación etc.
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