sábado, 10 de febrero de 2018

Te pescamos mintiendo...

La administración pesquera hoy en Venezuela: nos estamos comiendo la carne de la vaca que nos da la leche.



 El Nacional, 19/1/2017: “Saquearon un lancha con sardinas en Margarita”

Si bien la Ciencia y sus afirmaciones no son un compendio de verdades absolutas, sí pretenden una descripción objetiva de lo que alrededor nuestro ocurre y de sus consecuencias sobre la naturaleza y sus procesos, y sobre nosotros mismos.

No queda otro remedio entonces sino “montarnos” sobre las evidencias resultantes de observaciones sistemática y técnicamente logradas, para acercarnos a la realidad real y administrar sobre referencias objetivas los recursos naturales y, en general, los servicios ambientales.

La administración pública es aquella que más exige de esa objetividad y de responsabilidad, y es la que más lejos debería estar entonces de un simple rosario de expectativas autocumplidas.

Me voy a permitir pués, insertar algunos comentarios en la transcripción de esta reciente entrevista televisiva que le hicieron al tercero de los ministros de Pesca y Acuicultura que han pasado por el despacho, desde su creación, hace dos años.


Min. Maneiro: “Nada justifica que precio del atún en lata se haya incrementado así”

7 febrero, 2018 /ND /@VTVcanal8. Orlando Maneiro, Ministro de Pesca y Acuicultura, aseguró este miércoles que “no se justifica” el incremento que ha tenido el precio del atún enlatado.

- Así lo dijo en el programa Encendidos, transmitido por VTV.

En su opinión, se trata de un “incremento indiscriminado, exponencial” que hubo en el mes de enero.

“No hay ninguna explicación económica que justifique el incremento del precio de la manera como se hizo. No la hay”, enfatizó Maneiro.

Asimismo, comentó que se han evaluado diversas posibilidades, como el envasado al vacío, para abaratar costos.


Lo dicen los economistas, pero también la lógica ineludible del mercado: mientras menos haya, más cuesta. 
Así, sabemos por los reportes de la Comisión Internacional del Atún Tropical, que Venezuela produjo 24.402 toneladas de atún en 2017, cuando nuestra flota del Pacífico, durante la década de los 90, desembarcaba un promedio anual cercano a las 90.000 t.

En el Caribe y Atlántico, de acuerdo a los registros de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, la producción nacional fue de apenas 7000 t en 2017, en contraste con lo desembarcado en 1994 por ejemplo, cuando nuestra flota trajo a tierra 47.000 t.

Hoy en día, en medio de dificultades financieras asociadas al tema cambiario, pero también a las exiguas condiciones para el desembarco, conservación, mantenimiento, transformación y demás operaciones de muelle y agregación de valor que agudizan la puesta a disposición de productos acabados nacionales de atún, lo cierto es que la producción total ha caído de cerca de 120.000 t anuales en 2004, a poco más de 30.000 t el año pasado.

Hay pues mucho menos atún y más gente con más bolívares (que valen menos cada vez), persiguiendo las escasas latas que logran llegar a los anaqueles… la combinación perfecta de ingredientes de la hiperinflación creciente que padecemos, la cual, Sr. Ministro, es siempre e inevitablemente exponencial.


-También recordó que en cumplimiento a los lineamientos del presidente Nicolás Maduro “se han regulado los precios de los rubros hidrobiológicos para satisfacer el abastecimiento al pueblo”. 


Las regulaciones de precios no son nuevas. De hecho, han sido el signo característico de este último periodo gubernamental que se inauguró con “el dakaso”. A cada anuncio de regulación, de operativos de fiscalización y de reducción forzada de precios,  le sucede una desaparición casi total de los productos de la lista, que unas veces es protagonizada por los huevos, otras por el pan, después la carne, acompañados todos de los “recursos hidrobiológicos”, que luego reaparecen con los precios que impone el inapelable e inevitable mercado: hoy, segunda semana de febrero, en medio de controles y amenazas, la lata de atún de 140 g cuesta el equivalente a la mitad del ingreso mínimo integral de un empleado; el incremento promedio de precios de 13 diferentes especies de pescado fue de 165 % entre diciembre y enero (c.f. Cofa, convicencia pesquera, enero 2018) y la sardina fresca se consigue a un precio de más de 6 veces de lo que estipulan la regulaciones para este alimento fundamental en tiempos de crisis alimentaria. 


-Por otra parte, Maneiro resaltó la importancia de programas como la caravana de la sardina y la feria del campo soberano. “En 2017 este programa permitió atender a más de dos millones 400 mil familias, eso se traduce en 14 millones de venezolanos que recibieron el recurso”. 


A falta de datos más precisos en su reporte televisado Sr. Ministro, hagamos un ejercicio de especulación racional: en el pasado reciente, el consumo cultural per cápita de sardina del venezolano, se situaba en 2,4 kg/año. Esto significa que el requerimiento anual total era (¡es!) de al menos 72.000 t.

Sigamos: si “14 millones de venezolanos recibieron el recurso” de acuerdo al patrón cultural de consumo, quiere decir que la captura total de sardina de 2017 fue de 33.600 t, lo cual todavía supone un déficit de 38.400 t para el año pasado.


-Adicionalmente, dijo que “la producción en 2017 cerró en 21 millones de kilos de producción (…) de los cuales 15 millones de kilos vienen producto de la pesca artesanal”.

21 millones de kilos son 21 mil toneladas. Es decir, Sr. Ministro, que la producción pesquera nacional se redujo estrepitosamente con relación al promedio anual de los 90 y la primera década de este siglo cuando las capturas anuales superaban los ¡400 millones kilos!… más allá de este evidente error en la declaración, sabemos que la producción anual sí ha caído en más del 50 % en los últimos 12 años.
Evolución de la producción pesquera en Venezuela entre 2000 y 2016 (fuente: FAO)



 -“Si el Estado está dando el motor, si el Estado está dando el lubricante, estamos garantizando el combustible y estamos proporcionando los financiamientos para la pesca, eso es un factor incidente en los precios”, apuntó.


Es cierto Sr. Ministro: el Estado ha promovido, a través de múltiples formas de subsidio, el incremento del número de unidades pesqueras artesanales. La estimación para este momento es de 40 mil unidades pesqueras... 4 veces más que hace un par de décadas. El problema es que, con 4 veces más embarcaciones, estamos pescado dos veces y media menos que antes. Esto significaría, en términos un poquito más técnicos, una caída de los rendimientos, lo cual revela a su vez, una disminución de la biomasa pesquera… una sobreexplotación de los recursos. 


-En ese sentido, expresó: “Eso es lo que estamos llevando adelante hoy en día para poder garantizar el producto y que llegue a precios solidarios”.


Más que “llegue a precios solidarios”, preferiríamos, Sr. Ministro, que simplemente llegue. Lo que debe ser solidario no es el precio, sino las políticas públicas y sus implementaciones, de forma tal que haya proporcionalidad entre los sueldos de los empleados y los ingresos de los trabajadores en general y el costo de los requerimientos para vivir y crecer dignamente como sociedad y como individuos.

Así pues, en medio de declaraciones llenas de aspavientos,  pero obviamente desprolijas, la realidad es que hoy en día hay 317 mil toneladas de pescado por debajo de lo determinado por el Instituto Nacional de Nutrición como requerimiento nutricional mínimo para la población en 2017.

Evidentemente hay una enorme brecha y, para superarla, mucho trabajo por hacer… ojalá por manos capaces que no pretendan administrar bajo la premisa de aquel que quiere, como lo expresa la chispa popular, "comerse la carne de la misma vaca que le da la leche".

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